No debe perderse de vista que el desarrollo de las nuevas redes 5G exigirá un mayor uso de la Fibra Óptica, debido a que aumentará la densidad de las estaciones radio base, mientras que los operadores requerirán instalar más antenas transmisoras.
El estándar más nuevo para la transmisión de datos móviles en el mundo es el 5G. Conlleva sustanciales mejoras en la velocidad, por supuesto, pero también habilita nuevas formas avanzadas de transmisión de datos que antes no eran posibles.
El último informe regional de la GSMA[1] muestra que las redes comerciales 5G ya están activas en algunos países de la región; donde se espera que represente el 12% de las conexiones totales de América Latina para el 2025, con algunos países por sobre el promedio regional, destacándose Brasil con una proyección del 20%. Sin embargo, por ahora, el 4G continuará siendo el pilar de la industria móvil en el continente a corto plazo, ya que representará casi un 70% de las conexiones totales para finales de 2025 según el reporte.
Chile destaca al habilitar las primeras zonas 5G en Latinoamérica, desde inicios de 2021. El gobierno estima que el despliegue de la red permita reactivar la economía con inversiones por sobre US $3 mil millones, y que genere entre 6 mil y 10 mil nuevos puestos de trabajo.
En febrero de 2021 la Subsecretaría de Telecomunicaciones de Chile informó que ya había recaudado más de US $453 millones como parte de los concursos públicos para el desarrollo de redes 5G en el país, poniéndose a la vanguardia en la región en materia de recaudación y de avance del proceso.
Con ese mapa de diagnóstico de implementación de conectividad, entonces ¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrentarán las industrias ante este nuevo despliegue?
Primero: Cobertura geográfica de Fibra Óptica
El desarrollo de las nuevas redes 5G exigirá un mayor uso de la Fibra Óptica debido a que aumentará la densidad de las estaciones radio base, mientras que los operadores requerirán instalar más antenas, debido a que la transmisión en frecuencias altas disminuye la longitud de ondas.
En las nuevas Ciudades Inteligentes se deberá usar más Fibra Óptica para desplegar las redes 5G, en donde también jugarán un rol fundamental los sistemas de acceso inalámbrico fijo (Fixed Wireless Access). Habrá un despliegue de nuevas tecnologías para los operadores, en donde emergen conceptos como la virtualización y las redes auto organizadas, propias de 5G.
Segundo: “Always Connected”
El concepto de “Always Connected” es fundamental, ya que nos presenta una realidad donde la productividad va de la mano de una infraestructura que permita realizar actividades a gran velocidad, y con la seguridad que permita su correcto uso; por ello, uno de los primeros desafíos será el vital despliegue de infraestructura de telecomunicaciones 5G, y paralelo a esto el impulso de políticas públicas para lograrlo.
Con dicho despliegue de infraestructura, la puesta en marcha del 5G ofrecerá más velocidad y baja latencia (esta última igual o menor a 1 milisegundo). Esto significa disfrutar de películas o videojuegos con la mejor calidad de imagen. Por su parte, las empresas encontrarán en el 5G un aliado para crear redes privadas con muy baja latencia y aplicaciones como virtualización de redes o dispositivos interconectados.
El segundo elemento de desafío es el desarrollo, producción y adopción de equipos móviles con la capacidad de soportar esta quinta generación de redes móviles; es decir, el recambio de dispositivos para acceder a esta red, lo cual implica que miles de usuarios deberán actualizar sus aparatos reinvirtiendo en nuevos smartphones para ver los beneficios de dicha red.
Tercero: Brecha Digital
Otro factor importante, lo aporta un estudio sobre la “Brecha Digital” en la región, publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)[2] y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), que mostró que 77 millones de personas en áreas rurales no tienen acceso a Internet y el 32% (244 millones de personas) no tienen acceso a servicio alguno.
Esta brecha refleja la urgencia de fortalecer las políticas públicas de inclusión digital. Otro informe de GSMA sobre la “Economía Móvil en América Latina”[3], destaca que al año 2025 habrá más de 423 millones de usuarios de Internet Móvil en la región con una tasa de penetración del 64%.
El anterior dato es alentador, al proyectar un avance en la adopción de 5G durante los próximos años, que abrirá para el componente demográfico continental nuevas oportunidades lideradas por servicios públicos y la aceleración en la Transformación Digital empresarial local. En América Latina, habrá más de 500 millones de conexiones IoT (Internet of Things) nuevas hacia 2025, y el mayor crecimiento se dará en el mercado de hogares inteligentes, según el citado informe de GSMA.
Sumado a ello, el estudio proyecta que las compañías de telecomunicaciones del futuro asumirán un rol más activo en habilitar los servicios financieros móviles, potenciando las inversiones de capital de riesgo en Latinoamérica; destacando en primer lugar las Fintech como motor de la democratización en el acceso de la población local a los servicios financieros.
Aún así, América Latina necesita acelerar más los esfuerzos e inversiones para la adopción del 5G, para así acortar los tiempos en reducir al máximo posible la Brecha Digital. Por ello resulta clave que los gobiernos prioricen el desarrollo de marcos jurídicos y políticas amigables para fomentar la inversión en 5G y Fibra Óptica, por parte de las empresas privadas, y que permitan que esta tecnología se masifique hasta ser totalmente accesible para la gran mayoría de las poblaciones, en sus respectivas realidades socioeconómicas.