Sacar a pasear a nuestras mascotas puede ser una experiencia feliz y relajante tanto para nosotros, como para el animal. Sin embargo, también puede ser todo lo contrario ¡Una experiencia caótica y frustrante!
Sabemos que los perros deben salir a pasear, el tiempo de este varía de acuerdo a la raza, edad, nivel de actividad y salud. Pero en general los perros suelen necesitar entre 45 minutos y 2 horas diarias de paseo, repartido de dos a tres veces al día. Por lo que más vale hacer de esa instancia un momento entretenido para todos.
Keka Leiva, educadora canina de Nómade nos entrega importantes consejos para que los paseos se transformen en momentos para reforzar lazos, fortalecer la confianza y pasar un rato agradable junto a nuestras mascotas.
- Clima: antes de dar un paseo debemos tener presente la temperatura y evitar los horarios de máximas y mínimas, además de protegerlos de la lluvia, nieve o sol extremo. Es importante revisar la temperatura del suelo para no dañar sus almohadillas. Ahora que se viene el verano, un consejo para saber si el suelo está muy caliente es poner la palma de la mano sobre este, si no logramos dejarla por más de cinco segundos, quiere decir que el suelo está muy caliente para un paseo con nuestras mascotas.
- Tipo de sujeción: como segundo punto debemos tener el “equipamiento” adecuado, dado a que existen distintos tipos de collares o arneses y su elección debe depender totalmente del tamaño, carácter y conducta del perro al salir. Hay que considerar perros que dan o no tirones, perros ansiosos, agresivos, entrenados, etc.
- Calma previa al paseo: los perros notan cuando nos estamos preparando para un paseo y a veces la ansiedad se apodera de ellos. No se les debe poner la correa o el arnés hasta que el perro esté tranquilo. Deben aprender que solo hay paseo en calma.
- Calma durante el paseo: si en la calle el perro se pone tenso, ansioso o tironea la correa, se debe interrumpir la caminata hasta que se calme. Los perros se dan cuenta de nuestras emociones por lo que si nos mantenemos relajados, ellos aprenderán a caminar tranquilos y seguros.
- Exploración del entorno: al pasear a nuestros perros debemos darles la libertad de olfatear y explorar el entorno.
“El paseo no es sólo para que haga sus necesidades, sino que su objetivo principal es la estimulación física, mental y la más importante la emocional, pues lo ayudan para su bienestar y mejora su calidad de vida. Los olores en el ambiente le entregan al perro información de su entorno lo que le ayudará a entender mejor diferentes contextos, a ser más resolutivo en las situaciones tensas o de conflicto, además de poder tener un mejor desenvolvimiento en el mundo, todo esto gracias a la correcta estructura y actividades que podemos ofrecerle durante el paseo, enfocándolo siempre al bienestar, a bajar niveles de estrés, ansiedad y desarrollar conductas naturales que tendrán un impacto a nivel fisiológico», explica Leiva.
Estas actividades pueden ser: el searching, que consiste en tirarle premios al perro en el pasto y realice una actividad de búsqueda utilizando su olfato, durante unos 5 minutos
Otra puede ser la masticación, poder ofrecerle un alimento natural deshidratado, como patas de pollo, tráqueas, o viseras y pueda comerla en algún momento durante el paseo. Idealmente un lugar donde se puedan sentar ambos y tener un momento de relajo. La recomendación es probar primero en la casa si el perro es capaz de comerlo, pues si el animal no se siente seguro o el elemento es muy difícil de masticar, puede que no lo reciba y es ahí donde debemos empezar a desarrollar estrategias para ayudar a nuestros perros y poder obtener los increíbles beneficios de esta actividad.
- Regreso a casa: es recomendable siempre revisar sus patas para que no queden con elementos irritantes como arena, piedras, hojas secas, entre otros, además de verificar que el pelaje esté seco.
- Hidratación y alimentación: muchas personas sacan a pasear a sus perros después de comer para que puedan hacer sus necesidades durante el paseo. Sin embargo, se debe esperar al menos una hora post comida antes de realizar el paseo para evitar una torsión gástrica, más común en perros de razas grandes. Si das de comer a tu mascota al regreso de los paseos, debes hacerlo cuando ya esté calmado, al menos 30 minutos tras haber regresado de su salida.
Los perros son animales de hábitos, por eso el momento del paseo también tiene que ser una rutina diaria. La educadora canina de Nómade enfatiza “el orden y la estructura pueden variar dependiendo de los perfiles de perros ya que no todos tienen las mismas motivaciones y necesidades. Cuando logramos diseñar un protocolo de paseo enfocado en las herramientas que necesitan y las actividades que disfrutan más, disminuimos los picos de estrés y ansiedad, evitamos momentos de frustración, incluso podemos solucionar algunos problemas de comportamiento, solo con una correcta planificación y rutina de paseo. Es indispensable concientizar a los tutores sobre el impacto que puede tener en la vida del perro temas como los paseos, la alimentación y los juegos, ya que deben ser parte del día a día de cualquier animal que esté bajo nuestro cuidado».