● Representantes del Estado, la industria, la academia y la sociedad civil dieron vida en el primer escenario flotante, ubicado en el Muelle Barón, a la primera edición de un festival que busca impulsar la «economía azul» y la cultura oceánica desde y para Chile.
Con la participación del economista belga Gunter Pauli, referente internacional de la Economía Azul y el montaje del primer escenario flotante en Chile, finalizó con éxito el Festival Acción Azul. La actividad contó con conferencias sobre desarrollo sostenible de los océanos, iniciativas sociales junto a pescadores, patrimonio turístico, medioambiental y artístico.
El encuentro conservacionista se desarrolló entre el 3 y el 5 de noviembre, e incluyó la exposición de muestras fotográficas y proyectos científicos en el borde costero, stands con diversas organizaciones civiles dedicadas a la protección de los ecosistemas marítimos, la pesca artesanal sustentable, el comercio marítimo, entre otros. Asimismo, se desarrollaron actividades artísticas y de educación ciudadana para promover una cultura oceánica en Chile.
Gonzalo Lazo, director del Festival Acción Azul, destacó la importancia de promover espacios bajo la lógica de la cuádruple hélice, «gracias a una mirada que involucre el esfuerzo colaborativo del Estado, la academia, la empresa privada y la ciudadanía; ya que solo juntos podremos abordar el futuro del océano desde el océano».
Con el propósito de respetar y cuidar la armonía del ecosistema marítimo, solo la jornada del sábado 5 de noviembre, entre 10 y 14 horas, se montó el primer escenario flotante en nuestro país, con la asesoría medioambiental de especialistas, que cuidaron el impacto marino de la estructura, los decibeles y los aspectos de seguridad de los expositores en escenario.
Gunter Pauli, economista belga, invitado internacional del Festival Acción Azul, señaló: «Chile tiene 80 mil kilómetros de costa. Es imposible que el futuro de la economía no dependa de las enormes oportunidades que ofrece su mar extraordinario. Con este encuentro buscamos que las nuevas generaciones se inspiren en el océano para crear innovación y tecnología».
En su exposición, Pauli presentó a «Porrima», un velero- cometa equipado con tecnología capaz de extraer las nanopartículas de plástico. Inspirado en el nombre de la diosa del futuro según la mitología griega, esta revolucionaria embarcación funciona con energía solar y un cometa que alcanza hasta 200 km por hora y con ayuda de inteligencia artificial y robótica busca los mejores vientos, generando energía 24/7. En su trayectoria, además de recoger plástico, produce hidrógeno. «Con mil cometas de este tipo, Valparaíso sería autosuficiente en energía para siempre», aseguró el economista.
El viernes 4 de noviembre, se desplegó un módulo dedicado a los niños y las familias, con el objetivo de educar una conciencia ambientalistas y la protección oceánica con obras de teatro y actividades recreativas. En la ocasión, Noemí Manríquez, activista ambiental denominada «Niña Planeta», señaló: «Quiero motivarlos a tomar acción en el cuidado, protección y respeto de nuestro planeta y nuestros océanos que son el pulmón del mundo, y especialmente a los jóvenes que son el futuro y el presente, los verdaderos agentes de cambio».
El encuentro científico, académico, artístico y cultural en torno al océano incluyó un programa de 3 días, en el que se analizaron aspectos como la estrategia de cambio climático y océano, el futuro de las ciudades puerto, patrimonio cultural subacuático, contaminación plástica oceánica, refugios marinos, jóvenes líderes ambientalistas y sus iniciativas, sostenibilidad financiera del cuidado del océano, súper algas y arrecifes, entre otros.
Líderes nacionales comprometidos con el océano
Laura Chiuminatto, subgerente de sostenibilidad de Terminal Pacífico Sur de Valparaíso, señaló: «Estamos apoyando esta instancia porque también estamos comprometidos. Vivimos en un medio acuático y el transporte marítimo y el comercio exterior se vive en el mar, respetando el cuidado de nuestra bahía, del medio ambiente y el relacionamiento con nuestras comunidades. Tenemos que acercar a las personas al océano para generar esta cultura acuática».
Por su parte, Mauricio Gálvez, coordinador binacional del proyecto GEF/PNUD Humboldt II, destacó el impacto de su iniciativa, precisando que: «buscamos crear mecanismos para administrar de manera sustentable los ecosistemas con recursos naturales compartidos del mar entre Chile y Perú, tanto desde una perspectiva científica como de toma de decisiones políticas, por eso es tan relevante que participen las autoridades pesqueras como ejecutores del proyecto. Esta iniciativa se desarrolla desde 2021 hasta el 2025. Este festival es muy relevante, ya que la comunidad internacional ha tomado conciencia del rol de los océanos para nuestra economía, salud y esparcimiento. Para Chile, el océano Pacífico es fuente de alimentación saludable, vía de comercio e internet, presentando una multiplicidad de beneficios».
Desde Fundación Chile, Claudia Razeto, líder del área de Innovación Abierta en Alimentos y Acuicultura y representante de su iniciativa «Caletas Sustentables», comentó: «Buscamos promover o acelerar la trayectoria de la pesca artesanal hacia una actividad más sustentable y apoyar el crecimiento económico local a través de la adecuación hacia prácticas más sustentables que permitan combatir el cambio climático y sus efectos sociales y económicos. Sabemos que mientras más organizaciones trabajamos, más fuerza toman las iniciativas en sí».
Por su parte, Franco Gandolfo, gerente general de Empresa Portuaria de Valparaíso, felicitó la iniciativa de este festival y añadió: «Es un tremendo placer participar en esta actividad facilitando el espacio como parte del Puerto Valparaíso y qué mejor que hacer este evento que busca potenciar la cultura oceánica sobre el borde costero, el mar y sus inmediaciones. Es muy relevante porque la actividad portuaria no es solo transferencia de carga, sino uso eficiente, sostenible y armónico para generar patrimonio, calidad de vida, turismo y así contribuir a esta cultura oceánica».
Desde la mirada de la sociedad civil organizada, diversas organizaciones relevaron sus iniciativas y valoraron el impacto del festival. En este sentido, Tomás Moya, encargado de comunicaciones de Fundación Capital Azul, puntualizó: «Nuestro proyecto consiste en establecer refugios marinos en alianza con sindicatos de pescadores artesanales y así obtener beneficios tangibles a través de áreas protegidas de explotación. Este programa combina conservación y productividad, lo que es muy innovador en cuanto a sistemas socio-ecológicos en Chile».
Karen Rauch, coordinadora de comunicaciones en Antarctic & Southern Ocean Coalition (ASOC), comentó: «Nos interesa proteger el mar austral que rodea el continente antártico y para eso estamos pidiéndole a la Comisión de Recursos Vivos Marinos junto a otras 20 organizaciones que nos permita crear 3 áreas marinas protegidas». Asimismo, Patricio Merino, director ejecutivo para la Fundación Área Marina Protegida Pitipalena, agregó: «Esperamos poder proteger nuestro territorio para nuestras futuras generaciones. Estar en este festival nos va a servir para intercambiar experiencias y construir redes colaborativas».
Finalmente, Viviana Pinto, directora ejecutiva de Plastic Oceans Chile, concluyó: «Nuestra acción azul es poder ser puente entre los diferentes actores de la sociedad civil para dialogar y buscar soluciones a la contaminación por plástico. Este tipo de festivales representan una instancia para reunir a protagonistas y a la comunidad para relacionarse con los océanos a través del arte y otras actividades».
La primera versión del Festival Acción Azul contó con más de 500 asistentes y 16 expositores, y espera repetir la experiencia en 2023 en Valparaíso y una nueva locación por definir.
Su ceremonia inaugural contó con la presencia de Sofía González, Delegada Presidencial; Hernán Ramírez, Seremi de Medio Ambiente; Pablo Andrés Manríquez, Alcalde de Juan Fernández; Daniel González Salinas, Gobernador Marítimo; y Geert Criel, Embajador de Bélgica en Chile.