Por Iryna Harustovich, Managing Director Merck Group & General Manager Merck Healthcare Chile.
La reciente proyección de que Chile necesitará más de 500 nuevas directoras de aquí a 2035 para cumplir la Ley “Más Mujeres en Directorios”, realizado por la Fundación ChileMujeres, confirma un diagnóstico que ya es evidente: el avance hacia la igualdad en las esferas de mayor decisión continúa dando pasos con lentitud. Y en un contexto donde el desempleo femenino supera el 10% y persisten brechas salariales significativas, esta deuda ya no es solo social, sino económica.
Hoy, solo el 22% de los directorios y un 25% de las gerencias de primera línea están ocupados por mujeres. No es falta de preparación, son barreras estructurales que frenan trayectorias brillantes y reducen la capacidad de innovación de las organizaciones. Como una de las pocas mujeres que lidera una operación multinacional en Chile, he visto cómo los estereotipos siguen definiendo qué entendemos por dirección, pese a que diversos estudios muestran que la empatía, la ética y la inclusividad -atributos donde destaca el liderazgo femenino- son claves para la gobernanza moderna.
La nueva ley abre una puerta, pero es el sector privado el que debe convertir esta normativa en una oportunidad real, profesionalizando los procesos de selección, creando redes de mentoría y asegurando las condiciones laborales que permitan conciliación y crecimiento. Solo así veremos directorios más diversos y, por lo tanto, más competitivos.
Pero la brecha de género también atraviesa la ciencia: solo el 30% de los investigadores en el mundo son mujeres. Sin diversidad, la innovación pierde profundidad. Por eso, el sector privado, los gobiernos y la sociedad en su conjunto deben trabajar alineados para que más niñas y jóvenes se proyecten en carreras científicas.
Hoy tenemos un desafío no menor: cumplir la cifra de mujeres en directorios para la próxima década. Sin embargo, el mayor reto es construir un ecosistema donde esa cifra deje de ser un imposible y se convierta en un paso natural. Porque cuando las mujeres avanzan, también avanza la innovación, la competitividad y el país.















