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PROVOCA se alista a sumar sus primeros profesionales STEM varones a su red de mentores y mentoras

  • Desde un astrónomo griego hasta chilenos que se desempeñan como profesores escolares y universitarios, e investigadores en biología, son parte de la iniciativa PROVOCA de AUI/NRAO Chile, que como parte de su propósito de promover vocaciones científicas, hoy forma mentores y mentoras en las áreas STEM, para incentivar el interés y la participación en áreas como la ciencia, la tecnología, las ingenierías, y las matemáticas.

Thodori Nakos es astrónomo, estudió física en Grecia, migró a Bélgica para hacer su doctorado y finalmente llegó a Chile a trabajar en el observatorio ALMA. En cambio, Marco Rojas es un joven profesor de matemática y robótica de educación media de un liceo de Coyhaique, Región de Aysén. Cada  uno desde su formación, rol y lugar, tuvo la inquietud de convertirse en gestor de cambio en la vida de otros y promover vocaciones STEM, acrónimo en inglés asociado a ciencia, tecnología, ingenierías y matemática. Hoy, Thodori y Marco son algunos de los profesionales que se forman como mentores de la iniciativa PROVOCA.

Este año y de forma inédita, PROVOCA de AUI/NRAO Chile, abrió un llamado para sumar hombres profesionales y técnicos de las STEM a su programa de formación de mentores, ampliando el impacto y enriqueciendo su comunidad. El llamado descubrió un amplio interés en hombres de ciencias que se desempeñan en distintos espacios y desean adquirir herramientas de enseñanza, comunicación efectiva y divulgación, para llegar a más audiencias. 29% de las postulaciones correspondieron a varones.

A pocos días de concluir su formación, todos ellos coinciden en la necesidad de reencontrarse con aquella chispa vocacional que los inspiró en un comienzo y devolver la mano a la sociedad, compartiendo sus trayectorias personales, aciertos y dificultades; y fortalecer sus habilidades comunicacionales para transmitir de mejor modo su mensaje, y así motivar, guiar y acompañar a estudiantes que como ellos alguna vez tuvieron una inclinación e interés en las STEM. Asimismo, rescatan la oportunidad de convertirse en referentes reales para jóvenes que no tienen la oportunidad de conocer de cerca a profesionales en las STEM. 

Este es el caso de Rubén Montecinos, ingeniero físico y docente de la Universidad de Chile, un inquieto científico interesado en los exoplanetas. Creció entre Cerro Navia y Quinta Normal, en una familia de padres profesores que siempre incentivaron su curiosidad. “Desde niño me fascinaba descubrir el mundo y mirar el cielo en los viajes al sur de Chile. Mi familia apoyó siempre mi curiosidad, regalándome telescopios y microscopios de juguete”, señala.

En enseñanza media, se enamoró de la física y más tarde descubrió su pasión por la enseñanza como ayudante en la universidad. Actualmente es profesor de física y ayudante de investigación en CIRAS-USACh, un centro interdisciplinario de investigación de la astrofísica y las ciencias del Espacio, así como en el Núcleo Milenio YEMS. “La pedagogía me atrae porque me permite buscar formas nuevas y creativas de enseñar la física, con el mismo asombro y curiosidad con que me hubiera gustado aprenderla. A futuro quiero seguir profundizando en didáctica y desarrollar proyectos que mezclen ciencia, enseñanza, arte y divulgación para inspirar a más gente”, agrega.

Lo que lo motivó a incorporarse a PROVOCA fue precisamente su propia experiencia al adentrarse en las STEM. “Tuve un profesor que, en vez de motivar, solo desanimaba y hacía que uno se sintiera incapaz. Creo que la ciencia debería ser horizontal y accesible para todos, sin importar género, forma de vestir o contexto. Quiero aportar para que nadie más viva esa desmotivación y para construir un ambiente más humano y seguro”. 

Thodori Nakos, por su parte, es astrónomo del observatorio ALMA, nacido en Grecia. Cuenta que su vida nómade y atípica lo llevó a diferentes destinos y roles. Fue emprendedor, investigador y jefe de proyectos, y hoy trabaja en el radio observatorio más grande del mundo.

Thodori asegura que más allá de la astronomía, siempre buscó aquello que lo estimulara intelectualmente y lo apasionara por los desafíos que implica. “En lo personal, esto ha significado aprender a tolerar la frustración, desarrollar fuerza mental para comenzar desde cero, y cultivar cualidades como el método, la flexibilidad, la disciplina y la humildad”. Sus vocaciones son enseñar y liderar. Le encanta explicar y compartir su conocimiento, transmitiendo su pasión por la física y la astronomía.

“Salir de Grecia para mi doctorado fue como un salto al vacío, dado que no conté con el apoyo económico de mi familia y sin claridad respecto de cómo iba a ser mi camino. Eso me enseñó a valorar el apoyo de otras personas. Siento que llegó el momento de devolver la mano, ayudar con mi experiencia profesional y personal, para que otros puedan crecer evitando ciertos errores, creyendo en ellos y saber que pueden contar con el consejo de alguien con quien quizás se puedan identificar”.

Desde la Región de Aysén, Marco Rojas, profesor de matemática del Liceo Bicentenario Altos del Mackay en Coyhaique, cuenta que es el menor de 5 hermanos, todos criados en Concepción. Si bien su infancia transcurrió entre maquinarias y motores en las afueras de la ciudad, siempre supo que quería estudiar en la Universidad de Concepción y más tarde se convirtió en el primer universitario de la familia.

Estudió un año arquitectura y luego optó por la pedagogía. “Tempranamente, me di cuenta que me encantaba enseñar y que me sentía muy bien cuando alguien me decía, que ahora entendía. Siempre disfruté mucho de la interacción social y creo que la enseñanza combina esas habilidades”, añade. A lo largo de su vida comprendió que equivocarse también significa avanzar. Como él, hay muchos que estudian distintas carreras hasta encontrar su verdadera vocación.

Disfruta estar en el aula con sus alumnos de tercero y cuarto medio, así como hacer talleres de robótica. Marco además prepara a sus alumnos para participar en campeonatos de matemática en su región y otras. “Hoy sigo aprendiendo, porque nunca he dejado de creer en la formación continua y en el poder de la educación para cambiar vidas. Creo profundamente en enseñar con sentido, en formar vínculos y en dar espacio al error como parte del aprendizaje. La educación me cambió la vida, y me mueve poder generar ese impacto en otros”, sostiene.

Acerca de su participación en PROVOCA, añade: “Sin dudas me dará herramientas para inspirar y guiar a mis alumnos. También me permitió reencontrar el propósito que me llevó a la pedagogía y que conforme pasan los años, a veces nos come la rutina y se diluye. También me incentiva para motivar el pensamiento crítico de mis estudiantes en el escenario social e incluso político, una tarea que me inspira como profesor”.

Desde la academia, Víctor Osores, doctor en ciencias aplicadas con mención en ingeniería matemática y académico de la Universidad Católica de Maule, cuenta que creció en el campo cerca de Cauquenes. Estudió hasta sexto básico en una escuela rural donde compartía la sala con niños de distintas edades y tempranamente demostró sus habilidades en matemática y física.  De mayor estudiaría ingeniería civil matemática en la Universidad de Concepción.

Hoy disfruta mucho de la docencia y le interesa la divulgación científica, la computación científica y el desarrollo de software. “Para mí, las matemáticas son la llave que nos ayuda a interpretar y descubrir los patrones del universo. Mi principal motivación está en el modelamiento matemático y en el diseño de métodos numéricos para resolver ecuaciones diferenciales parciales, herramientas con las que describen procesos de sedimentación en ríos, estuarios y zonas costeras, y también se puede entender cómo se propagan enfermedades o plagas en el tiempo y el espacio”, sostiene. En su rol de divulgador científico, Víctor además creó un “Café Científico”, encuentro que se realiza en la Biblioteca Municipal de Talca, un espacio abierto a toda la comunidad que busca acercar la ciencia a las personas.

Decidió ser parte de PROVOCA porque cree profundamente en el poder que tienen los referentes para guiar y transformar vidas. “Mi camino en STEM no fue fácil, sobre todo creciendo en un entorno rural donde no había muchos modelos a seguir en ciencia o matemáticas. Por eso quiero aportar siendo parte de un programa que acorta esas brechas y demuestra a niñas y niños que sí se puede llegar lejos, sin importar de dónde vengamos”, sostiene. Espera seguir creciendo como mentor, fortalecer sus habilidades comunicativas y estar disponible para quienes necesiten una guía, un consejo o simplemente alguien que crea en ellos. Le gustaría formar a jóvenes científicos desde la región y ser un mentor integral que los inspire a convertirse en agentes de cambio.

Desde el área de la investigación aplicada, Andrés Mansilla, bioquímico y estudiante de doctorado en ciencias con mención en biología molecular, celular y neurociencias, es el menor de cinco hermanos y creció en la Patagonia chilena, en un rincón aislado del país donde pocas veces se hablaba de ciencia. Su infancia estuvo marcada por una profunda curiosidad que nunca se apagó. Precisamente esas ganas de entender el mundo lo impulsaron a soñar en grande, con el apoyo incondicional de su madre y su familia, y guiado por profesores que despertaron en él el amor por las ciencias.

Con una fuerte vocación por la divulgación científica, Andrés es co-conductor del podcast Dos Neuronas (disponible en Spotify), donde comparte reflexiones y experiencias sobre la vida en investigación.

Sobre su interés por sumarse a la iniciativa PROVOCA, Andrés asegura que responde a haber crecido en una región sin referentes en ciencia, por lo que sabe cuán importante es tener a alguien que inspire, acompañe y oriente. “En mi camino dentro de las STEM enfrenté discriminación, falta de información vocacional y muchas dudas sobre si realmente pertenecía a ese mundo. Creo que PROVOCA puede fortalecer mis habilidades de liderazgo y comunicación, y también transformar esas experiencias en herramientas para guiar a otras personas. Me interesa contribuir a construir un sistema más justo, donde el origen no limite las oportunidades. Sueño con acercar la ciencia a personas que, como yo, crecieron lejos de ella”, concluye.

Finalmente, en el área de la formación técnico-profesional, Alfredo Concha, ingeniero en automatización y control industrial, profesor y coordinador de la especialidad de electricidad en el Liceo Industrial Ernesto Pinto Lagarrigue de la Región de O`Higgins, se confiesa un curioso por naturaleza. Desde muy pequeño se interesó en saber cómo funcionaban las cosas y para ello solía desarmar distintos aparatos de su casa. De adulto, su vocación ha estado en los sistemas, herramientas y acciones que conducen a mejorar las oportunidades de las personas y la sociedad. Fue así como llegó finalmente a la educación, un espacio que le permitió plantear desafíos para despertar la curiosidad, llevar a los estudiantes a un estado investigativo y alimentar el “hambre” de aprender.

Incorporarse a PROVOCA, asegura que “le permite conocer, afianzar y aplicar técnicas de distinto tipo para ayudar a los estudiantes al momento de elegir su pasos a futuro y apoyarlos en los momentos difíciles. Asegura que en la universidad siempre hay asignaturas de alta complejidad que, con frecuencia, nos llevan a dudar y cuestionarnos si realmente estamos haciendo lo que nos gusta. Pienso que ese es el momento en el cual más apoyo necesitan los estudiantes, poder decir… tú puedes, costará pero saldrás adelante,  o sencillamente escuchar y empatizar con ellos…”, concluye.

Todos ellos están preparándose para su evento de certificación, el sábado 13 de diciembre,  donde cerrarán su proceso hablando frente a toda su generación y el equipo PROVOCA, sobre sus proyectos de certificación y su experiencia en el programa.