- Una columna de opinión de Paula Rojas Saperas, Directora de Ingeniería Mecánica de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez.
Desde niña, mi cumpleaños siempre fue distinto; era en plenas vacaciones de verano, cuando todas mis compañeras estaban fuera. Sin duda siempre pensé que el 11 de febrero no era un buen día para festejar, hasta que de adulta en 2015, las Naciones Unidas me hizo el mejor regalo de cumpleaños: se estableció ese día como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.
Desde entonces, ha sido un día espléndido para celebrar mi cumpleaños y a todas esas niñas que están soñando con desarrollar una carrera científica que las conduzca a ser médicas, veterinarias, agrónomas, biólogas, físicas, matemáticas o ingenieras. El regalo de este día es un recordatorio y reconocimiento también para todas las mujeres que trabajamos en ciencia y tecnología, desarrollando investigación, innovación y todo aquel trabajo duro que hacemos con tanto cariño y con el firme objetivo de mejorar nuestro mundo e impactar positivamente en nuestra sociedad.
¿Por qué es importante celebrar el 11 de febrero en 2023?, Los hombres y las mujeres que estamos en la academia, formando profesionales, sabemos que nos enfrentamos a desafíos globales complejos y escenarios llenos de incertidumbre. Para poder enfrentarlos y salir adelante como sociedad, necesitamos preparar profesionales disciplinados y miembros de equipos diversos, con habilidades y competencias diferentes, considerando en toda la planificación y desarrollo de sus trabajos y proyectos, que nuestro mundo y sus recursos requieren una mirada sostenible y responsable. Sin duda aún persiste la necesidad de reducir la brecha de género que existe en muchas especialidades en ciencias e ingeniería, tarea en la que debemos trabajar con nuestras niñas, jóvenes y colegas, como así también con las familias, los educadores y los creadores de políticas, de modo que reconstruyan esta visión de la mujer en sus espacios de acción.
Las profesionales tenemos la tarea de integrar a nuestras colegas y de colaborar codo a codo con su desarrollo y evitar la fuga de capital femenino, las jóvenes tienen la tarea de asumir el desafío y perseverar en carreras donde son minoría, y las niñas tienen la tarea de seguir adelante con sus sueños y no dejar que nada ni nadie las convenza de que no son fundamentales y capaces de hacer de este mundo un lugar mejor. Y si alguna vez nos encontramos cansadas, tristes o derrotadas, démonos la posibilidad de tomarnos un tiempo y recuperar energía, ya que esta no es una batalla ni una carrera, se trata de nuestro rol como mujeres en una sociedad que nos necesita cada día más, donde con nuestras competencias técnicas y personales podemos generar cambios como lo hicieron Marie Curie (física y química), Lise Meitner (física), Rachel Carson (ecología), Gabriela Mistral (poetisa), Mae Jemison (ingeniería y astronauta) y tantas otras mujeres relevantes de la historia que han sido ejemplo de perseverancia y éxito.
Por todo lo anterior, les invito a celebrar este y todos los días que nos hagan recordar que las personas somos importantes, que nuestras acciones dejan huella y que debemos trabajar juntos para co-construir un mundo mejor.