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Salud

Una de cada cuatro chilenos sufre dolor crónico

Hombre joven con dolor lumbar y cervical

El dolor crónico, superior a tres meses y distinto del dolor agudo temporal, constituye una enfermedad por sí misma, según la OMS.

Hoy esta patología constituye un grave problema de salud pública con una prevalencia general de 26% y que alcanza a 34,5% en personas mayores de 55 años, según el reciente estudio “Radiografía del Dolor en Chile”, desarrollado por la UC y la ACHS.

La celebración del Día Mundial contra el Dolor Crónico, pone sobre el tapete la necesidad de enfrentar el constante desafío que esta patología representa para el bienestar de las personas. En la actualidad es considerada una enfermedad por sí misma que genera complejos impactos en la salud física y mental, por lo que tratarlo de manera óptima requiere un manejo integral en el que intervienen diversas especialidades médicas.

Al desafío profesional de tratar el dolor crónico, se considera también la dimensión humana, porque quienes atienden a pacientes con esta patología deben empatizar con el dolor de quienes lo sufren, que en ocasiones puede ser hasta invalidante.

Ante ello, el objetivo es mejorar la calidad de vida de quienes viven con dolor crónico. “Los pacientes que sufren este mal en general tendrán su dolor por mucho tiempo o para siempre. El desafío es mejorar su calidad de vida, bajando intensidad de dolor, mejorando calidad de sueño, estado emocional y entorno social. Esto requiere manejo farmacológico, kinésico, apoyo psicológico y/o psiquiátrico, teniendo como base el manejo de la patología originaria3”, comenta el Dr. Carlos Aguayo, presidente de la Asociación Chilena para el Estudio del Dolor y Cuidados Paliativos (Ached-CP).

Dolor articularEl especialista, señala que en Chile no se disponen de muchos estudios amplios y de alcance nacional sobre la prevalencia del dolor crónico. Por ello, los datos del recién publicado estudio “Radiografía del Dolor en Chile”, desarrollado por la Universidad Católica de Chile (UC)y por la Asociación Chilena de Seguridad, (ACHS), aportan una importante y actualizada información cuantitativa sobre la prevalencia del dolor crónico y sus impactos en la población nacional.

El Dr. Carlos Aguayo destaca los principales indicadores del estudio, que dejan en evidencia la prevalencia del dolor crónico y cómo se incrementa por los factores edad y género. “Según está última encuesta, recién publicada, en Chile el dolor crónico tiene una prevalencia general de 26.2%. En personas de 25 a 34 años es de 20.8% y sobre los 55 años alcanza aproximadamente un 34,5%; al analizar por sexo la incidencia global es de 32.9% en mujeres y 18.9% en hombres”.

El presidente de Ached-CP agrega que la investigación de la Asociación Chilena de Seguridad y la Universidad Católica de Chile (ACHS-UC) se efectuó entre marzo y mayo de este año y se presentó en septiembre. La metodología consideró entrevistas telefónicas a una muestra representativa a nivel nacional de 3.012 personas de 18 años o más, con la cual se logró determinar la prevalencia del dolor crónico, así como la severidad e impacto del dolor crónico en la población consultada.

Entre los indicadores recopilados por el estudio, destaca uno relacionado con el impacto del dolor crónico en la calidad de vida de la población, pues interfiere y afecta en actividades cotidianas de los encuestados, tales como tareas diarias, recreativas y laborales. En una escala de 0 a 10, donde 0 indica ninguna interferencia y 10 interferencia extrema, las entrevistados declararon un promedio de 5,7 de afectación en sus tareas diarias, un 4,7 en la capacidad para participar de actividades recreativas y sociales y un 4,6 en actividades laborales.

Intensidad del dolor según cómo lo percibe el paciente

De acuerdo con lo comentado por el Dr. Aguayo, un aspecto importante para el diagnóstico y tratamiento es lograr un parámetro o indicador concluyente respecto de la intensidad del dolor en cada paciente.

“La manera práctica de medir la intensidad del dolor son escalas de auto referencia, es decir el mismo paciente es quien evalúa su dolor. Esto se explica porque la experiencia de dolor es absolutamente personal, frente a un mismo dolor la percepción es variable en distintas personas de acuerdo a experiencias previas factores sociales, entre otras3”, explica el médico anestesista.

En Chile, dice el especialista, lo más frecuente es utilizar una Escala Visual Análoga (EVA) en que el paciente le asigna un valor entre 0 a 10 al dolor, siendo un dolor leve entre 0 y 3, moderado entre 4 y 6 y severo entre 7 y 10.

“En el contexto internacional, según consigna un artículo científico publicado en la Revista de la Sociedad Española de Dolor, principalmente se utilizan cuatro escalas para determinar la intensidad del dolor: la Escala de Análisis Visual (VAS), la Escala Numérica de Escala (NRS), la Escala de Clasificación Verbal (VRS) y la Escala de Dolor de Caras-Revisada (FPS-R)7, las que son aplicadas a los pacientes en contextos de consulta clínica y de investigación sobre dolor crónico”, explica el especialista.

Unidades de Dolor Crónico para un manejo integral.

El anestesiólogo comenta que, en respuesta a la prevalencia y magnitud de esta patología, tanto los prestadores privados y la red pública de salud han debido desarrollar un servicio específico, como lo son las Unidades de Dolor Crónico. Éstas tienen el objetivo de implementar un manejo médico integral a los pacientes con esta enfermedad, que considere e integre especialidades relacionadas con los diferentes ámbitos de la salud física y mental que se ven afectados por el dolor crónico.

De esta manera, en este manejo integral participan fisiatras, traumatólogos, reumatólogos, anestesiólogos, psiquiatras, psicólogos y terapeutas ocupacionales, entre otros. Incluso, también colaboran de manera importante prestadores de salud de terapias alternativas.

Opresión en el pecho“El dolor crónico tiene un componente principal orgánico (físico) pero por la cronicidad se agrega un componente psicológico, como cambios de ánimo, de genio, alteraciones de sueño, depresión, aislamiento, etc., que van amplificando el dolor. Esto explica que el dolor crónico no se trata solo con analgésicos y es importante la participación de varias especialidades y profesiones. Lo ideal es que estos distintos miembros de salud interactúen entre sí para que el manejo sea el más adecuado. Esto se alcanza en forma óptima en Unidades de Dolor Crónico, donde todos actúan simultáneamente en lo que se conoce como trabajo transdisciplinario, teniendo al paciente en el centro”, detalla el Dr. Aguayo.

Entre las enfermedades que presentan dolor crónico más intenso están algunas oncológicas y otras no oncológicas. Entre las primeras destacan el cáncer de páncreas, de riñón y metástasis óseas8, en las segundas la patología con dolor crónico más frecuente es el lumbago, de distintas causas. “Actualmente la fibromialgia está alcanzando cifras cada vez mayores. También destacan la artritis, artrosis y dolor neuropático”, acota el anestesiólogo.

Medicamentos y terapias más efectivas.

El tratamiento inicial o de primera línea para el dolor crónico es el farmacológico, precisa el Dr. Aguayo: “Como se considera una enfermedad crónica, el tratamiento es crónico y se debe usar fármacos de baja toxicidad para ciertos órganos y de efectos secundarios mínimos. En este sentido ha ayudado mucho la aparición de medicamentos de liberación prolongada y el uso de la vía transdérmica (parches), ya que disminuye la cantidad de tabletas diariamente, sobre todo si se considera que en general son personas con otras patologías agregadas, con la polifarmacia respectiva (cantidad importante de medicamentos de uso diario)”, señala el presidente de Ached-CP.

Como complemento de los medicamentos analgésicos, la terapia farmacológica para el dolor crónico incluye a neuromoduladores, antidepresivos, relajantes musculares y sedantes. “Las vías de administración también han cambiado, antes solo disponíamos de la vía oral o inyectable, ahora disponemos de la vía transdérmica mediante parches”, añade el especialista. En cuanto a otras terapias, el Dr. Aguayo menciona a las terapias de rehabilitación física, terapias psicológicas y el manejo intervencional, como las infiltraciones de medicamentos y técnicas neuro moduladoras.

Dado que el dolor crónico aún es una enfermedad poco visible y de la cual aún la población maneja poca información, el Dr. Carlos Aguayo advierte lo necesario de educar sobre el dolor crónico. “Un punto especial merece la necesidad de educar a paciente, familia, comunidad y al resto de los integrantes del equipo de salud”, dice el especialista. Por ejemplo, España es uno de los países donde se está investigando y difundiendo información científica sobre el dolor crónico, tanto a nivel de sociedades médicas, como es el caso de la Sociedad Española del Dolor, como también en iniciativas de educación como el sitio Tuvidasindolor, desarrollado por un grupo de especialistas relacionados al tratamiento de dolor crónico, dirigido a pacientes y profesionales de salud.