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Columna de Opinión Startups

Cuando las startups se olvidan del problema, están en un problema

  • Por Felipe Díaz Seguel, Docente Bionegocios, Facultad de Ciencias Forestales Universidad de Concepción, co fundador Radio Nueva Mía.

 La innovación abierta es definida por el profesor Henry Chesbrough como una estrategia de mediante la cual las empresas van más allá de sus límites y desarrollan la cooperación con organizaciones o profesionales externos a las compañías. Lo anterior es muy simple de decir, pero un poco más complejo de ejecutar, ya que no se puede invitar a alguien a un lugar a solucionar problemas, si es que no sabemos cuáles son esos problemas.

Para lo anterior es necesario definir algunos elementos, tales como; ¿Qué problemas les presento al ecosistema para buscar soluciones?, ¿Cómo encuentro esos problemas? ¿Cómo los presento y los entrego en formato de oportunidades? ¿Cómo encuentro y me comunico con las empresas o startups que podrían colaborar con sus soluciones?. Las preguntas anteriores corren para una empresa que busca soluciones externas a su compañía, pero en el caso de las startups que quieren crecer en ventas y en participación de mercado, deben responderse a sí mismos esas preguntas con foco en sus posibles clientes.

La semana pasada me encontré en una reunión online muy amena, con el equipo de una de mis startups favoritas, ya que los conozco de sus comienzos. Ellos han crecido mucho, levantado capital, ganado fondos concursables y sumando siempre más colaboradores de todas partes del mundo. En esa reunión surgió la pregunta más básica que alguien le puede hacer a un equipo innovador que vende y crece rápidamente: ¿Cuál es el problema que ustedes solucionan a sus clientes?: Yo saqué pecho y dije aquí se lucen, sin embargo, paso todo lo contrario, fue como lanzarles un balde de agua fría, complicando todo. La reunión se puso tensa y en simple palabras no pudieron convencer a los presentes acera de cuál era el «dolor» que ellos solucionaban.

Siempre les decimos a las startups en etapas tempranas o en formación, que deben colocar por delante el problema, dolor u oportunidad que pueden detectar en el mercado; sin embargo al parecer es necesario repetirlo o dejarlo como un consejo permanente en todas las etapas que deben enfrentar estas empresas.

Un ejemplo claro, es la plataforma Zoom. Antes de la pandemia, la solución respondía al problema de cóomo unir a personas a distancia con conexiones de video ágiles y seguras. La solución se implementó y creció muy rápido, sin embargo, después de la pandemia, la solución no cambió en nada y creció en forma exponencial. Eso solo se explica, ya que lo que creció fue el problema y no la solución. Es decir, los fundadores de startups deben estar monitoreando el dinamismo del problema y no solo de la solución. Mientras más grande sea el problema, mayor impacto tendrá mi solución.

La recomendación simple es siempre tener claro: ¿cuál es la necesidad insatisfecha que mi solución cubre? y por otro lado, ¿cuándo mi solución se escapa de esa necesidad o bien se va cubriendo esa brecha insatisfecha?. Los fundadores deben tener la mirada estratégica para volver a ubicar a su startup como una empresa solucionadora de ese problema y con alta capacidad de cubrir esa necesidad insatisfecha en sus clientes.

Jamás olvidemos que en el centro de la propuesta de valor, tiene que estar el cliente y que el sustrato más importante de la innovación, es el dolor y/o problema, que la solución es capaz de resolver.